Helado me quedo al escuchar por boca de agricultores veteranos, opiniones que expresan añoranza de otros tiempos política y socialmente, poco recomendables.
Que algunos agricultores, alguno de los cuales vota PSOE para más INRI se acojan a un preocupante "con Franco esto no pasaba" puede dar muestra cabal del grado de descrédito en que están cayendo las políticas agrarias de una UE a la que algunos agricultores acusan de "llevar el campo a la ruina".
Los descontentos se tornan resignación, y la resignación se vuelve satisfacción pues todo se arregla con subvenciones y a la vista del dinero fácil todo pasa por bueno aunque este pan para hoy puede ser hambre cuando franceses y alemanes (cuyas economías conocieron tiempos mejores) se cansen de abrir la cartera.
Pero volvamos al comienzo ¿amenaza al campo una ola neofranquista?
Pues más bien no: lo que amenaza al campo es una realidad que cualquier persona del campo conoce.
UN KILO DE ABONO CUESTA APROXIMADAMENTE LO MISMO QUE UN KILO DE UVA EN ALGUNAS COMARCAS CASTELLANAS. Y al hilo de tal realidad no hace mucho un conocido juraba en arameo porque el abono es caro, el vino se vende a precio de agua, el cereal a precio de miseria y entretanto la democracia consiente aquello que el franquismo, siempre según mi fuente, no consintió: la irrigación masiva de la viña que, de todos es sabido, solo beneficia al latifundista, es decir: a aquel que tiene la posibilidad de concentrar una explotación de proporciones descomunales en una sola parcela, mecanizarla, irrigarla y pagar el coste de todo ello.
Como consecuencia de una sobreproducción consentida en beneficio de una minoría y que podría ser facilmente contenida limitando el regadío, los precios bajan, caen en picado más bien, pero no así los gastos de explotación que rara vez se mantienen y cuando se mueven lo hacen generalmente al alza.
Si pensamos entonces que en viña el mínimo razonable para obtener una mejora aceptable de la producción es de 250 gr./vid, una exlotación de 15000 cepas consumirá un mínimo de unos 1000 € abonando el mínimo imprescindible
Trasladado el caso al cereal, que depende absolutamente de métodos fertilizantes para obtener una productividad razonable, la situación no es más gratificante: se estima que 100 hectáreas de secano consumen más de 11.000 € en abono. (Fuente: ASAJA CASTILLA Y LEÓN, FEBRERO DE 2007). Por tanto al agricultor cerealista no le queda sino arriesgarse abonando y esperar a que la sequía o los topillos no le den el golpe de gracia, si es que sobrevive a los bajos precios.
Tal vez parezcan precios bajos y gastos asumibles: sin embargo no lo son tantos para quien ha vendido la uva a 0.25 € este año y que sabe por tanto que cada cuatro cepas se le ha ido un kilo por el camino...
El agricultor que ha obtenido un rendimiento de 5 kg./vid puede empezar a restarle a esa cifra la proporción de abono utilizada, que en caso de ser 250 grs. es algo tan doloroso como pueda resultar para cualquiera tirar el 5% de nuestro sueldo mensual. Con el agravante de que abonar no te garantiza el rendimiento, no te mata a los topillos, no te cubre del granizo, no te alivia la sequía ni te protege de enfermedades y parásitos.
Así que, si cobras 1000 € y quieres conocer cual es el impacto de estos precios para el bolsillo de un agricultor puedes probar a arrojar 50 € a la papelera.
Y como la respuesta del gobierno y de la UE consiste en seguir consintiendo la dictadura de Fertiberia y otras empresas, como lo único que baja son los beneficios y como Zapatero, esta empeñado en sus miserias y Rajoy no considera el tema digno de oposición (sigue muy preocupado por la unidad de España, aunque la calidad de vida de los agricultores españoles esté amenazada y esto poco le importe al parecer)algunos agricultores castellanos miran hacia Franco, para recordar, la memoria es selectiva, que cualquier tiempo pasado fue mejor y forjar así un mito que más que peligroso para la salud democrática es un monumento a la vergüenza que debería abochornar al partido del desgobierno y a los salvapatrias de la oposición.
Claro está que no lo hará, pues tienen la cara de hormigón armado y además poco pueden defender a la agricultura castellana quienes hace décadas se olvidaron de la existencia de Castilla y ahora se atrincheran en un corralito autonómico de mil demonios que se sostiene gracias a la caridad de la UE y de sus fondos de cohesión.
Fondos a costa de los cuales más de un alcalde y más de dos han obtenido reelección tras reelección presentando como propias y logros de su gestión a infraestructuras agadas con esos fondos cuya construcción en ocasiones se demora bochornosamente para hacer coincidir la inaguración con el periodo electoral. A neocaciques no nos gana nadie.
Pero el agricultor calla y otorga, y por mirar hacia un pasado mentiroso en lugar de ejercer como ciudadano en democracia y dar el golpe de timón que el campo necesita, retirando su confianza a quienes lo están llevando a la ruina, obtiene justo castigo.
El cambio está en tu voto, agricultor, si votas lo de siempre y te pagan con las miserias de siempre... ¡tienes lo que has votado!
2 comentarios:
Interesante, muy interesante. También hay que tener en cuenta, en cuestión a lo que ganan los hombres del campo, que a veces hay demasiados intermediarios,así como las constantes subidas en el gasóleo, etc. Vamos que de lo que se lleva un agricultor por su cosecha a los precios que aparecen en un supermercado puede haber un mundo.
La verdad es que aquí soy pesimista y no se si un cambio en el voto es la solución, ya que la UE suele decir mucho en estos casos y esos fondos de cohesión no durarán toda la eternidad.
Buen tema el de los intermediarios, me lo apunto en la lista de asuntos para tratar en el futuro.
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