lunes, 19 de octubre de 2009

¿Alguien piensa salvar las Tablas de Daimiel? 1ª parte

Si en el futuro queremos ilustrar a generaciones venideras sobre la incompetencia, hipocresía e irresponsabilidad en la gestión del medio ambiente, sin duda la Tablas de Daimiel nos proporcionarán el ejemplo perfecto.

Victimas de una política hídrica irresponsable que ofrece como resultado la sobreexplotación del acuifero de la Mancha oriental en beneficio, sobre todo, de multinacionales agrarias y latifundistas y con perjuicio del pequeño y mediano agricultor manchego (el desplome del precio del vino es buena muestra de como la política de consentir el regadío en la viña opera en perjuicio de las explotaciones familiares en tanto las grandes explotaciones irrigadas compensan la caida de precios con una sobreproducción que retroalimenta una situación insostenible); las Tablas se han ido transformando en un carrizal seco y decadente.

Pero si la desecación parece en sí problema, pero problema que puede atajarse, otro problema amenaza con borrar de la faz de la tierra el último resto significativo de la Mancha húmeda: en los últimos meses, la turbera formada en su subsuelo ha comenzado a arder, no en llamas, obviamente, sino en ascuas, en un incendio similar al de un enorme brasero subterráneo. La alteración significativa que este hecho provoca en el subsuelo puede afectar a la impermeabilidad del mismo, así como a su relieve, de forma tal que en el futuro las áreas afectadas podrían haber perdido para siempre (al menos en escala humana) su capacidad para contener agua en superficie.

Tal es la magnitud del problema y conocido es el remedio: hay que inundar la Tablas, y hacerlo cuanto antes y ahora sí, y más que nunca, el tiempo corre en contra: el subsuelo arde y con él, puede estar quemándose el futuro del parque natural entero.

¿Y donde están "nuestros" politicos?

En breve, en la segunda parte, la respuesta.

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